Ubicado en el Barrio de San Telmo, nos encontramos con el Paseo de la Historieta. Un lugar donde se puede conocer a los personajes favoritos de las historietas argentinas y sacarse fotos con ellos.
domingo, 18 de noviembre de 2012
Plano del paseo
(Clic en la imagen para ampliar)
1. Mafalda
2. Isidoro Cañones
3. Larguirucho
4. Yo, Matías,
5. El loco Chávez
6. Clemente
7. Las chicas de Divito
8. Don Fulgencio
9. Patoruzú
10. Gaturro
11. Museo del Humor
sábado, 17 de noviembre de 2012
Patoruzú

Quinterno dibujó historias originales intermitentemente durante casi cuarenta años, y las reimpresiones fueron numerosas. Desde los años '40 y años '50 del siglo XX se transformó en uno de los íconos de la cultura popular argentina.
La identidad de Patoruzú sufrió varios retoques durante los primeros
años. Comenzó como un personaje humilde, taciturno e ignorante, a cargo
de un tutor porteño
de más educación; las historietas iniciales emplearon este contraste
para destacar la paralela diferencia de actitudes entre el malicioso
tutor, que daría eventualmente lugar a otro personaje duradero, Isidoro Cañones, y el bondadoso e ingenuo aprendiz tehuelche.
Sin perder la esquemática contraposición moral, Quinterno retocaría
posteriormente la historia, transformando a Patoruzú en un poderoso
aunque benévolo estanciero.
Su generosidad con el dinero y la avaricia de los malvados sería las
más de las veces el eje de la dinámica de las historias. Desde el
comienzo contó con una fuerza prodigiosa, que se complementaría en el
transcurso de su evolución con otros sentidos y habilidades
sobrehumanos, en especial la fiereza, super velocidad y el olfato.
Patoruzú es el primer superhéroe de historietas del mundo.
La representación ingenua de la condición de indígena, su nacionalismo a ultranza y el patente racismo
que manifestaban los escasos personajes extranjeros han suscitado
críticas a la historieta; se ha criticado también la simpleza de su
trama, y el recurso estereotipado de la fuerza y el dinero como solución
a los problemas. Por ello, se lo ha visto en ocasiones próximo a los
ideales de los gobiernos militares, desde las tiras de 1930 —que ambiguamente elogiaban el golpe del general José Félix Uriburu contra el gobierno constitucional de Hipólito Yrigoyen— hasta la años setenta —cuando la sangrienta dictadura argentina (1976-1983)
lo tomara como mascota patria. En los últimos años, sin embargo, se ha
revisto con buenos ojos su influencia sobre la historieta nacional, y la
elegante simplicidad de su dibujo.
Don Fulgencio
Creado por un maestro de la historieta como lo fue Lino Palacio, Fulgencio se asomó por primera vez al mundo el 24 de abril de 1938 desde el diario La Prensa, en una tira que llevaba por título “Señor Fulgencio (el hombre que no tuvo infancia)”, aunque poco tiempo después, en 1939, el “señor” cambió por “Don”.
Don Fulgencio era un personaje entrañable, un niño con cuerpo de hombre, un gran tímido que no tardó mucho en ganarse el cariño de los lectores del diario. Mucho tiempo después, Palacio, en un reportaje, contaría que para esta creación se inspiró en un hombre que vendía la Biblia en la calle Bolívar. “Era tremendamente solemne, y, desde chico, he odiado a la gente solemne por sobre todas las cosas. En casa éramos alegres y no se nos había educado ceremoniosamente. Me dediqué a espiar a ese hombre. Y siempre estaba igual, profundamente serio. Me preguntaba si era por vender un libro tan serio como la Biblia. Un día, el hombre iba por una calle cuando vio una caja de fósforos tirada en el piso, miró para todos lados y le dio un puntapié. Entonces, entusiasmado, siempre mirando para todos lados y sin advertir que yo lo observaba, la siguió pateando a lo largo de la cuadra. Yo pensé: ‘pobre, ése nunca tuvo infancia’", explicaba el dibujante.
Y tan popular se hizo su creación que poco tiempo después de su aparición en la página de humor del diario, los responsables del café Sorocabana le pidieron al historietista un afiche en el que el personaje recomendara la compra del producto. En pocos días, la enorme figura de Don Fulgencio inundó las calles de la ciudad, lo que desató la ira del director de La Prensa, que levantó al personaje de sus páginas.
Pero “el hombre que no tuvo infancia” no estuvo mucho tiempo sin poder compartir sus aventuras con sus seguidores. Palacio, entre muchas otras, aceptó enseguida una propuesta del diario La Razón y su exquisita creación apareció en las páginas de ese periódico y permaneció hasta 1978, año en que el gobierno militar del dictador Jorge Rafael Videla, le “pidió” al director del diario que levantara la tira Avivato, otra creación del autor, porque no dejaba una buena impresión del país en tiempos mundialistas. El historietista, una vez notificado, aceptó dejar de hacer la tira, pero también sacó de sus páginas a Don Fulgencio. A partir de ese momento este niño en cuerpo de hombre comenzó a aparecer en la revista Anteojito, y quizás haya sido en ese medio, donde las nuevas generaciones tuvieron la posibilidad de conocer a este peculiar personaje de la historieta argentina. Por la tira desfilaron una gran cantidad de personajes secundarios que no hacían más que enriquecer la historieta. Los más recordados son sus sobrinos Tripudio, Sócrates y Liberata; su secretario Pitín; Radragáz, Fernendez, Rodolfo y Ursulu, quienes hablaban utilizando únicamente las letras “a”, “e”, “i”, “o” y “u”; sus novias Amapola y Ágata; su valet Toribio; el perro López; el loro Zaratrusta y la pequeña Ruth.
Las chicas de Divito
Figuras exuberantes, cintura de avispa,
piernas interminables y pechos prominentes. Así lucían estas chicas
causaron sensación en las décadas del 40, 50 y 60. Fueron creadas por
el dibujante caricaturista Guillermo Divito. Estas mujeres
constituyeron el emblema de la moda de la época. De gran sensualidad e
inalcanzables para el imaginario masculino de su tiempo, aparecieron en
cada una de sus historietas.
José Antonio Divito ilustró mujeres de
que se transformaron en paradigmas de la belleza femenina. Las modistas copiaban los modelos que lucían las chicas y la frase “te pareces a una
chica de Divito”, se convirtió en una especie de piropo.
El loco Chávez

Comenzó a publicarse el 26 de julio de 1975 en diario Clarín, creada por el guionista Carlos Trillo y Horacio Altuna en los dibujos. Se publicó hasta el 11 de noviembre de 1987.
En sus inicios Hugo Chávez, el Loco, era un corresponsal extranjero, que vivía aventuras en distintas ciudades, debutando en Londres para luego pasar por París, Venecia, Copenhague y San Francisco. Vuelve a la Argentina, al grito de "¡¡Por fin!!", el 26 de febrero de 1976, para trabajar en la redacción del diario. Si en los comienzos la historieta estaba más cercana al modelo de aventura tradicional, con su llegada a Buenos Aires progresivamente la historia gira hacia lo cotidiano, los conflictos son más cercanos al lector.
Así, sus investigaciones periodísticas, que derivan en todo tipo de enredos, tienen un tono más humano, mientras la comedia de situaciones gana terreno. La tira se va volviendo cada vez más popular, mientras la realidad del país se refleja de manera sutil en la historieta.
Los amigos ocupan un lugar importante en la vida de este periodista hincha de Racing, con el frecuente punto de encuentro en el bar El buen trato, donde suelen reunirse su jefe Balderi, Guillermo Sacco, alias Malone (dibujo basado en el guionista Guillermo Saccomano), su compañero Juan y el afecto a filosofar Homero.
Una contribución no menor a la popularidad de la tira son las aventuras del Loco con las mujeres, las "minas" del Loco, que bellas y de apreciables curvas -especialidad del dibujo de Altuna- desfilan en buena cantidad. Entre ellas se destaca Pampita, una fotógrafa que con el tiempo se convertirá en novia y obsesión de Chávez; los encuentros y desencuentros de la pareja eran seguidos con particular interés por los lectores.
Por su aceptación entre el público El Loco Chávez gana más espacio. El suplemento Clarín para todos publica cada quince días una página a color con el título de Los Grandes Reportajes del Loco Chávez. Más tarde fueron publicados en la revista Skorpio Extra, de Record, desde su Nº 1.
Una contribución no menor a la popularidad de la tira son las aventuras del Loco con las mujeres, las "minas" del Loco, que bellas y de apreciables curvas -especialidad del dibujo de Altuna- desfilan en buena cantidad. Entre ellas se destaca Pampita, una fotógrafa que con el tiempo se convertirá en novia y obsesión de Chávez; los encuentros y desencuentros de la pareja eran seguidos con particular interés por los lectores.
Por su aceptación entre el público El Loco Chávez gana más espacio. El suplemento Clarín para todos publica cada quince días una página a color con el título de Los Grandes Reportajes del Loco Chávez. Más tarde fueron publicados en la revista Skorpio Extra, de Record, desde su Nº 1.

En 1986 comienza a publicarse en la revista española Cimoc, en el Nº 67. Para la ocasión Altuna retoca la serie, desnudando mujeres que aparecían en ropa interior en el original. La historieta se publica rearmada y montada para el nuevo formato.
En 1982 Horacio Altuna se radica en España, y el ritmo de trabajo se hace más lento. Trillo escribe los guiones que envía a España y son devueltos dibujados por Altuna, proceso que insume unos veinte días, alejando a la tira de su contacto con la realidad cotidiana. En 1987 Altuna siente que ha cumplido una etapa, y se prepara el desenlace de la tira. El 10 de noviembre el Loco y Pampita parten juntos a vivir en España y la tira finaliza al día siguiente.
viernes, 16 de noviembre de 2012
Yo, Matías
Yo, Matías es una tira cómica publicada diariamente en el diario Clarín. Fue creada en 1993 por Fernando Sendra y derivó de una antigua historieta llamada Prudencio.
Argumento
La tira tiene como protagonista a un niño travieso, de nombre Matías,
además de otros personajes, como su madre, el psicoanalista, la
tortuga, Laszlo, Tatiana, Juan y el padre que solo aparece en los días
del padre
Matías es el protagonista de la tira "Yo, Matías", creada por
Fernando Sendra en el año 1993, quizá inspirado en otra historieta que,
el mismo autor, había desarrollado años antes, denominada "Vida Diaria".
Matías tiene pequeñas historias alrededor de pequeñas cosas. Suele
poner histérica a su madre con su insistencia y sus desconcertantes
preguntas. Es un personaje infantil que reflexiona, con humor, sobre la
vida de los adultos.
Personajes
- Matías: es el personaje central de la tira. Es un chico travieso, simpático y adorablemente ingenuo. Su mundo son su escuela, su casa, y su barrio. Su fantasía, su imaginación, sus temores, sus deseos, construyen el eje de la historia. Con la simpleza del pensamiento infantil intenta entender el mundo adulto, ayudado por su mamá (que nunca se ve en las tiras) sin olvidarse de realizar las cosas típicas de su edad.
- La madre de Matías: es una mujer que adora a su hijo, con toda la pasión de una madre, pero que también busca conservar su identidad de mujer y su individualidad como persona sin inmolarse en el único rol de madre. Ella quiere gustar, ser atractiva, y seguramente busca la pareja que ya no tiene. Nunca aparece en cuadro, pero bien hace notar su presencia. Está obsesionada con las máscaras faciales.
- El psicoanalista (Dr. Seisdedos): es la única figura masculina adulta que aparece con cierta frecuencia. Su función es permitir que dentro de la tira haya un espacio para reflexiones que no podría hacer un niño. El personaje también habla de sus conflictos con el dinero, la profesión, etc. Evidentemente, es un psicólogo al que le hace falta terapia.Siente envidia por los mecánicos por que ellos pueden tener almanaques de mujeres desnudas y el no. Sendra se equivoca en la primera tira en que aparece el doctor y le dibuja un dedo demás en una mano; luego decide dejar el miembro extra como una característica definitiva, y lo incorpora al apellido.
- La tortuga: es el "tonto" oficial de la tira. Duerme, come y busca una imposible pareja. Es una tortuga macho, aunque a veces se confunda y ponga huevos. Matías le puso varios nombres diferentes, y cada tanto se lo vuelve a cambiar, sin embargo ella desea llamarse Tortugo Rodriguez.
- Laszlo: es un refugiado de un país inexistente llamado Vlastavia, ubicado en el centro de Europa. Fue elegido el mejor compañero de clase, aunque cuando Matías lo describe, parece muy egoísta. Su principal característica es que toca el acordeón y tiene 18 hermanos. En la historieta pasa más tiempo con la madre de Matías que con él.
- Tatiana: es una amiguita de Matías que dice ser feminista a la que él entiende muy poco. Le encanta jugar a la mamá y al papá con Matías. Usa ortodoncia, por la cual no puede pronunciar la letra "R". Es por eso que ella se describe como "francesa", por la manera de hablar de los francohablantes, patinando la "R".
- La cucaracha: éste es el único personaje secundario de la tira "Prudencio" (la cual derivó en "Yo, Matías") que soportó el cambio. Es una cucaracha que se volvio adicta a las fumigadas y que Matías y sus compañeros de colegio adoran porque siempre fumigan por su causa.
- Catalina: ella es la botella-perra de Matías. La madre sostiene que es una simple botella. Matías asegura que es su perra.Lo más curioso es que ella fue la que le dijo que atara una piolita a una botella (solo porque matias le pedia un perro). Otra curiosidad es que Matías solo obedecio porque la mamá lo amenazo con mandarlo a hacer la tarea pero al final el se encariño.
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